Inocencia en Azul Mayor

Jesús, este cuadro tiene algo que desarma. Esa figura, tan grande y casi majestuosa, tiene una mirada que no intimida, sino que invita. Hay algo ingenuo, casi infantil en sus ojos, pero al mismo tiempo se siente poderosa, como si supiera más de lo que aparenta. La elección del azul tan vivo, con esos toques rojos como acentos emocionales, le da un aire teatral y elegante. Y ese peinado imposible, como una corona abstracta, le da personalidad sin quitarle ternura. Me gusta mucho cómo manejás la contradicción entre la grandeza de la figura y su expresión tan suave. Este cuadro no grita, pero se impone.

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